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Chalet Arechaga

Ubidea - Arquitectura residencial - Chalet

Promovido por D. Santiago de Arechaga sobre el solar de su antigua casa familiar, el chalet Arechaga obedece a un diseño de 1910 del arquitecto Alfredo Acebal. Para el proyecto de Ubide propuso un brillantísimo ejercicio de estilo inglés, por el que recibiría un premio Nacional de Arquitectura. Las variantes escogidas son el estilo Old English y el Reina Ana, siendo el conjunto resultado de la combinación de tres elementos: un complejo diseño de cubiertas, fruto de la intercalación de varios hastiales triangulares y de su alto grado de inclinación; la utilización de los entramados ficticios de madera pintados en rojo; y finalmente, la composición irregular y asimétrica que caracteriza al conjunto. Muy cerca del chalet reconstruyó Santiago de Arechaga la ermita de la Magdalena, que se encontraba arruinada. El proyecto lo realizó el arquitecto vitoriano Fausto Íñiguez de Betolaza en 1906, en estilo ecléctico.

 

Créditos

Texto: Gorka Pérez de la Peña Fotografía: Miguel Gómez-Cambronero

Acceso

El chalet se encuentra en el núcleo principal de Ubide, junto a la salida hacia Vitoria-Gasteiz.

Horario

Es de propiedad privada.

Localización

Madalena kalea.

Información

El chalet de Ubide lo promovió Santiago de Arechaga, personaje que procedía de una familia nobiliaria vizcaína de origen alavés, con raíces rurales. Santiago marchó a Méjico con quince años de edad por desavenencias con su padre, a raíz del casamiento de éste en segundas nupcias. Allí lo acogería un pariente lejano, Santos López de Letona, dedicado al negocio textil. Arechaga hizo pronto fortuna casándose con Josefina López de Letona, hija de Don Santos. El casamiento se hizo en Bilbao en 1892, ciudad a la que volvió enriquecido. Y en Bilbao vivió en un chalet de la calle Henao, mansión desaparecida, que había sido reformada por el arquitecto Alfredo Acebal hacia 1907.

La construcción de la residencia de Ubide estuvo motivada por la destrucción de la casa del solar familiar a causa de un incendio. Ubicada en el mismo emplazamiento, la nueva edificación se encargó en 1910 al arquitecto Alfredo Acebal, uno de los más destacados profesionales del Eclecticismo alfonsino en Bizkaia. Para el proyecto de Ubide propuso un brillantísimo ejercicio de estilo inglés, por el que recibiría un premio Nacional de Arquitectura.

En el chalet Arechaga se patentiza la influencia del estilo inglés en sus variantes del Old English y el Reina Ana, que es el resultado de la combinación de tres elementos. El primero se revela en el diseño complejo de las cubiertas, fruto de la intercalación de varios hastiales triangulares y de su alto grado de inclinación. El segundo es la utilización de los entramados ficticios de madera pintados en rojo. Finalmente, el tercero se evidencia en la irregularidad y asimetría de la composición del edificio, lo que lleva a subrayar unos cuerpos determinados en el caso de Arechaga: el comedor en la fachada sur y el retranqueo de uno de los cuerpos de la fachada principal para acoger el acceso. Junto a la influencia dominante inglesa también se percibe la huella del Eclecticismo en la escalera de acceso y en el porche que protege la fachada principal.

El programa residencial es muy sencillo y se ordena en cuatro niveles: semisótano, principal, dos pisos y bajo cubierta. El semisótano es una cámara de ventilación para proteger a la vivienda de la humedad. En el principal se dispone el área pública, que se organiza en tres ejes: el primero de ellos, el central, con un hall y cuerpo de escaleras; el segundo, el del sur, con dos salones que cuentan en fachada con mirador y un comedor oval; y por último, el tercero, el del norte, con el salón de billar, la escalera al semisótano, un baño, el oficio y la cocina con acceso propio para el servicio desde el jardín.

En los dos restantes pisos se dispone el área privada de los comitentes con los dormitorios, gabinetes y baños. En el bajo cubierta se alojaba el servicio. El diseño de los interiores y el mobiliario respondían al patrón inglés dominante en la burguesía vizcaína de comienzos de siglo XX.

Muy cerca del chalet reconstruyó Santiago de Arechaga la ermita de la Magdalena, que se encontraba arruinada. El proyecto lo realizó el arquitecto vitoriano Fausto Íñiguez de Betolaza en 1906, en estilo ecléctico de factura elegante. En 1938, los hijos de Arechaga lo enterraron en la capilla junto con su mujer en un altar diseñado por el escultor madrileño Arévalo.
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